Imagínate que vives en Londres. Un amigo de París te llamó hace una semana para decirte que un día de estos pasaría el fin de semana en Londres, y tú te ofreciste a recogerlo en la estación de tren. ¿Lo recuerdas?

Ya, no puedes recordarlo porque lo estás imaginando. Pero sí puedes imaginar que lo recuerdas, ¿no?

Bien, sigamos, “un día de estos” es hoy. Es viernes, son las siete de la mañana y estás en la estación de St.Pancras, en pleno centro de Londres. Te sientes cansado, malhumorado y preocupado. No has dormido bien, ayer te peleaste con Annie, ¿que quién es Annie?, bueno, esto daría para otra historia, el despertador no ha sonado o si ha sonado no lo has oído, te has despertado tarde y te has tenido que duchar y vestir en 5 minutos, has encontrado un atasco de tráfico y, finalmente y a pesar de todo, has conseguido llegar a las siete en punto a la estación, justo a tiempo de escuchar por los altavoces que el tren que viene de París sufre un retraso de media hora. Lo dicho, te sientes cansado, malhumorado y preocupado.

Es entonces cuando te fijas en un hombre de mediana edad que acaba de sentarse frente a un piano, en medio del vestíbulo de la estación donde tú estás obligado a esperar. En el piano hay algo escrito: “Play Me, I’m Yours”. Y, de pronto, todo cambia. El hombre toca increíblemente bien, emana una energía y un entusiasmo que se contagia, se forma un corro de personas a su alrededor, viajeros y gente que espera a los viajeros que todavía no han llegado. Como tú. Empiezas a sentirte nada cansado, nada malhumorado y nada preocupado. De pronto, al cabo de 10 minutos de estar tocando, el hombre mira su reloj, hace un gesto de sorpresa, coge una vieja maleta y sale corriendo hacia el andén. Un chico joven se dirige hacia el piano y toma el relevo. En ese momento tu mirada coincide con la de una chica que está aplaudiendo. Es Annie.

¿Suena bien, verdad? Pues esto que acabas de imaginar es una realidad para la gente que vive en Londres. Desde 2009, en el vestíbulo de la estación de tren de King’s Cross St. Pancras, hay tres pianos a disposición de quien quiera tocarlos.

Una iniciativa del artista británico Luke Jerram que, desde 2008, han acogido provisionalmente más de 30 ciudades en todo el mundo, aunque solo se ha implementado definitivamente en Londres. “Play Me, I’m Yours” pretende incitar a la gente a expresar su creatividad. “Los pianos en un espacio público son como un lienzo en blanco”. Pero también busca algo igual de sugerente: que se produzca una conversación entre extraños, que los espectadores hablemos con el desconocido que tengamos al lado sobre lo que estamos viendo, que por unos instantes dejemos de ser invisibles dentro del paisaje urbano.

¿Para cuándo un proyecto así en todas las ciudades? No temporal, sino que aparezca para quedarse.

Imagínate que vives donde realmente vives.