En uno de los capítulos del programa “Fora de sèrie” de TV3 de este mes de noviembre, el presentador de “El Gran Dictat”, Òscar Dalmau, conversaba con el escritor Quim Monzó.
“Fora de sèrie” se emitía a las 22.40 de la noche. Poco después de terminar el programa, sucedió algo inesperado: la conversación Dalmau-Monzó que durante una hora había tenido lugar en televisión siguió durante un minuto o dos en las redes sociales.
– ¿Qué haces, ya duermes? – le decía Dalmau a Monzó a través de su cuenta de Twitter.
– Todavía no- respondía Monzó-. Pero me he de ir a dormir enseguida porque mañana, a las 7, me levanto. Dentista a las 9.
– ¿Pones tú el despertador o quieres que te despierte yo?
– Despiértame tú. ¡Sobre todo, que a las 9 esté en el dentista!
– Entendido. Apaga tú la luz. Buenas nocheeees.
– Acabo “La Montaña Mágica” de Thomas Mann y apago la luz. Buenas noches, cariño.
En ese momento, un tuitero anónimo se añadió a la conversación “privada”:
– ¿Queréis hacer el favor de callar? Aquí no puede dormir nadie.
Mientras, un segundo tuitero escribía:
– Alucinante, realmente el programa de hoy se acaba aquí.
Creemos que este último comentario resume a la perfección lo que sin duda sentimos esa noche muchas de las personas que después de haber visto el programa entramos a curiosear en el timeline de Quim Monzó y Òscar Dalmau antes de ir a dormir.
La sensación era de haber sido literalmente teletransportados desde nuestras casas a las mismas camas de entrevistador y entrevistado, compartiendo unos segundos de su intimidad al acabar el día.
Este es el poder de la era de Internet, un cambio de paradigma que ha transformado para siempre nuestra forma de comunicarnos. Pero también de trabajar, de aprender, de enamorarnos, de jugar, de viajar.
Algo nos dice que la teletransportación, tal como la descubrimos en Star Trek, está cada vez más cerca.