Supongo que ya lo sabes. Ni las vidas de los influencers son tan perfectas ni ellos son tan felices como pretenden aparentar.

La imagen lo es todo

Entiendo que quieran mostrar la cara bonita de su vida: relaciones perfectas, momentos divertidos y proyectos alucinantes. Supongo que es una manera de mantener una imagen impecable pero, ¿vale tanto la pena?.

 

Soy una pringada vs JPelirrojo

Al hablar de alguien diferente me viene a la mente esta chica. Soy una pringada tiene las cosas claras y te dice las cosas tal cual las piensa.

En este vídeo hace una crítica brutal a uno de los youtubers más “happyflowers” de la plataforma, el señor Jpelirrojo. Su crítica se dirige, básicamente, a las muchas  cosas que no soporta de JP a nivel personal.

Porque si quiere que te calles te lo hará saber de la forma más brusca posible.

Y, aunque resulte algo agresiva en su forma de expresarse, me ha hecho reflexionar.

 

 

Todo el día con la camarita

Imagínate que eres la pareja o amigo de un youtuber o instagramer. Vais de vacaciones, quedáis con unos amigos, salís a comprar el pan y nunca, nunca, NUNCA deja la cámara tranquila. Siempre grabando o haciendo fotos. A mí, sinceramente, me resultaría cansino.

Y la cosa no se queda ahí. ¿Estarías dispuesto verte envuelto en cualquier tipo de polémica que pueda surgir?

 

Fotos no, gracias.  

El sonado caso del comunicado que hizo Dulceida en Instagram Stories es un buen ejemplo. El verano pasado la influencer pidió a sus seguidores que, en el caso de encontrarse con ella en la playa, no le pidieran hacerse una foto para poder descansar.

 

El comentario sentó mal no, lo siguiente.

“Menorca! Si me veis por la playi saludarme pero no me haré fotis (en otro momento claro que sí, ya lo sabéis, nunca digo que no). Pero en la playa quiero descansar e iré con unas pintas importantes. Jajaja. Os amo”.

Desde mi perspectiva lo que pedía no era una barbaridad, es más, me parece lógico. A parte de que el vocabulario que utilizó fue de lo más amigable.

Al final cualquier cosa hace saltar la chispa del odio. Siempre hay gente esperando a que la cagues para tirarse al cuello.

 

Falta de autenticidad

Instagram está lleno de perfiles falsos de supuestos influencers. Es interesante mencionar el caso de la agencia de marketing H2H, quienes nos demostraron lo fácil que es engañar en las redes sociales a empresas para promocionar sus productos. Hicieron una sesión de fotos a una modelo, crearon el perfil de Instagram, compraron seguidores y en tres semanas varias marcas habían contactado con ellos para realizar una colaboración. Echa un ojo al perfil.

Este experimento resulta preocupante y nos llena de desconfianza. Ahora mismo no sabemos lo que es verdad o lo que simplemente una manera de sacar la pasta.

 

Si me dices que no posas en las fotos no te creeré

¿Sabéis lo peor de todo? Esta forma de vida nos está influenciando de verdad. Incluso a míi me cuesta no repetir una foto si no me veo lo suficientemente bien.

Queremos mostrar a los demás una perfección inexistente. Así que, en menor o mayor medida, acabamos imitando las acciones de quienes tanto criticamos…

¡Aish! Me gustaría retroceder 10 años en el tiempo… cuando hacía fotos estúpidas en las que salía horrible y las subía a fotolog con toda mi ilusión.

#quevuelvafotolog

Mejor lo tienen algunos compañeros de María Barcelona. En sus tiempos no había redes sociales, ¡No hay pruebas del delito!