Pasamos, de media, una hora y cuarenta y tres minutos en redes sociales a diario. Es inútil poner en duda la presencia de estos soportes en nuestra vida. Prácticamente todos somos usuarios en una red social u otra y casi todas las empresas y marcas que existen tienen un perfil en, como mínimo, una de ellas. 

Las compañías cada vez son más conscientes de la necesidad de tener presencia en redes, de mostrar qué hacen y cómo lo hacen. “Si no estás en Instagram, no existes.” 

Destacar en redes es algo de vital importancia, pero cada vez resulta más complicado. No basta con emitir; para la comunicación unidireccional ya existen los medios tradicionales. En las redes, lo interesante es poder crear y mantener relaciones con los usuarios. “Formar parte de la conversación”, lo llaman.

“Para la comunicación unidireccional ya existen los medios tradicionales. En redes, lo interesante es crear y mantener relaciones con los usuarios.”

Las marcas deben diferenciarse y llamar la atención a los usuarios si no quieren pasar desapercibidas ante la inmensa marea de perfiles y empresas que utilizan las redes. 

Y existe una disciplina encargada específicamente de conseguir eso: el Community Management. Se trata del servicio encargado de gestionar y moderar la comunicación digital de las empresas o marcas.

¿Qué es exactamente el Community Management?

  • Crea conversaciones. Acerca la marca a la comunidad, creando conversaciones y vínculos emocionales.
  • Genera confianza. Crea lazos de confianza entre la empresa y su comunidad para crear relaciones duraderas.
  • Aumenta la base de datos. Incrementa el número de clientes actuales y potenciales y retiene los existentes.
  • Gestiona la reputación. Gestiona la reputación de la marca en los canales digitales.
  • Escucha y responde. Atiende al cliente y responde para generar y mantener relaciones positivas.

Definamos tus objetivos, diseñemos tu look & feel, fijemos tus valores, descubramos tu tono y tu estética. Empecemos a comunicar en redes, escuchemos y hablemos. Convirtamos a los curiosos en seguidores y a los seguidores en prescriptores. 

¿Hablamos?