Plano general. Interior. Casa. Una chica entra en el comedor movida por una energía irrefrenable, deja el bolso sobre el sofá, como si le molestara, y grita: “¡Mamá, quiero ser analista!”. La cámara capta en un primerísimo primer plano el gesto triunfal de la joven. Y pasa rápidamente a un contraplano de la madre, que mira a su retoña con ojos llenos de ilusión.

Mama orgullosa porque su hija quiere ser analista
Este inicio peliculero es la nueva versión de la Iluminación del arte, del momento en que recibes la Señal, de que sientes cuál es tu verdadera Vocación. La diferencia con la llamada del Artista es que va a ser mucho más fácil hacer comprender a tus padres lo idóneo de tu decisión. Aunque no entiendan al 100% que es eso de ser analista…
En un artículo anterior ya explicábamos que el Data Science es la nueva profesión sexy, tal y como informaba, también, el Harvard Business Review. Ahora queremos profundizar un poco más -porque, yes, es un tema muy importante-, y ver cuál es el encaje de esta profesión en el mercado laboral y cómo llegar a ejercer de analista.

 

Analistas, una profesión con gran demanda

En 2016, se podía leer en La Vanguardia que “la demanda de analistas de datos se había multiplicado por 20”. Un año más tarde, el titular era aún más poético, permitiéndose una metáfora que nos ha encantado: “Se buscan talentos para procesar Big Data, el oro del siglo XXI”.
¿Y qué talentos son esos? Pues se trata de una serie de perfiles que comparten unas características comunes entre la ingeniería, la estadística, las matemáticas, la ciencia y la informática y que tienen por objetivo la limpieza y el análisis de grandes cantidades de datos internos y externos con el objetivo de comprender el contexto y conseguir una ventaja competitiva.
En LinkedIn los buscaríamos con keywords como: data scientist, analyst, marketing analyst, web analyst, Big Data, entre otros. Y aunque están muy bien valorados, muy buscados y muy bien pagados, con sueldos entre los 25.000 € y los 100.000 €, parece que son como diamantes y no hay demasiados. O no todos los que debieran, tal y como comentaba Enric Quinterio, CEO de Metriplica, en el Mobile World Congress.

 

Características de un buen analista

Pongamos que te ha atraído el hecho de encontrar trabajo al acabar la carrera, que ya es mucho (yes, you can!). O que te ha encantado el sueldo que te espera (y no te vamos a juzgar por ello). Eres como la chica de gesto triunfal del principio del artículo. ¿Cuál es el siguiente plano? Necesitas, en primer lugar, saber si tus características personales se adecuan con el perfil laboral.

  • Capacidad analítica: Este punto es obvio, pero si hacemos una lista debemos empezar por lo esencial, ¿no? Sintetizar, relacionar, buscar relaciones de causa-efecto, son tres de las habilidades más importantes a desarrollar.
  • Curiosidad científica: Tienes una gran cantidad de datos delante de la pantalla pero… ¿te atraen? ¿Te parece una aventura? ¿Sientes la necesidad de saber qué está pasando? ¿Te haces preguntas sobre lo que ves y buscas distintas vías para encontrar la respuesta?Investigar datos es toda una aventura
  • Visión estratégica: Al final, estás trabajando en un ambiente empresarial. Toda esa capacidad analítica y curiosidad científica tienen que ir orientadas a un fin: aportar valor a la estrategia de la empresa.
  • Aprendizaje continuo y amor por la informática: Te van a pedir que sepas de SPSS, de SAS, de Stata o de R. Si abres el Excel, que lo uses como un Pro. Que conozcas a fondo Phyton, MySQL, Hadoop. Que puedas visualizar datos con Tableau. Hay varios sub-perfiles dentro de la analítica y no será posible que lo domines todo, pero debes tener claro que te vas a relacionar constantemente con esos programas o lenguajes.
  • Perfil internacional: Siempre es una buena idea tener experiencia en otros países y ser un profesional con herramientas de distintos contextos. Vuela, prueba nuevas empresas y quédate con lo mejor. ¿Una parada en tu carrera que seguro que te da un plus? Máster y prácticas en EEUU, donde el mercado es más maduro y hay proyectos muy interesantes. Ya, ya, no es tan fácil. Pero lo dejamos ahí.
  • Habilidades interpersonales y de negociación: Estarás muy cerca de dirección. Y muy cerca de muchos otros departamentos con necesidades distintas. Esto significa que se necesitan buenas habilidades sociales, tanto para entender bien sus requerimientos, como para ofrecer buenos resultados o, incluso, crear nuevas rutas en la empresa que pueden traducirse en, bueno, algunos resquemores…Habilidades sociales para superar momentos raros

 

Formación, formación, formación

Has decidido que sí, que te encajan las cualidades y que quieres MÁS. Formarte es el siguiente paso lógico. Actualmente, y desde hace ya unos 5 años, se pueden encontrar cursos monográficos, másters y workshops en estas materias, tanto online como presencial. El listado que presentamos no es exhaustivo, los precios varían substancialmente y la carga lectiva difiere mucho entre unos y otros, pero es un buen hilo del que empezar a tirar:

Podríamos decir mucho más… pero queremos que sea solo un artículo introductorio sobre la profesión de analista. ¿Y ahora? Ahora tienes un primer plano donde apareces con mucha energía, una madre contenta y mucha película aún por delante. Vas a necesitar trabajo y esfuerzo, pero te garantizamos que valdrá la pena. Fundido a negro. Happy End.

Happy end: ser analista vale la pena

 

Vet Robirosa